Una de mis favoritas, Graptopetalum paraguayense. Por sus hojas parece de la familia Echeveria (al principio, cuando no sabía su nombre, creía que lo era).
Planta crasa rastrera, también conocida como Graptopétalo o Madreperla. Posee rosetas con
hojas espatuladas color grisáceo con matices rosados.
Las hojas están recubiertas por una capa cerosa, la
cual proteje a la planta. Es muy importante no mojarlas durante en riego, dado
que corremos el riesgo de eliminar la protección, por lo cual las hojas quedarían expuestas a pudrición.
Situarla en un lugar muy
iluminado o a pleno sol. Cuando las hojas crecen muy separadas entre sí y con un color muy pálido se debe a que no están recibiendo suficiente luz.
Durante el invierno, como la mayoría de las suculentas,
debemos mantenerla en un lugar alejado de la calefacción, evitando así, alterar
su reposo.
Regar cada 15 días o cuando el sustrato este seco. Cuando
hay manchas obscuras en la base de los tallos es por exceso de agua. Distanciar
los riegos.
Por el contrario, si las hojas
pierden turgencia o se arrugan es porque los riegos son muy escasos y la planta
comienza a deshidratarse. Regar más
seguido.
Manipular con mucho cuidado,
dado que las hojas se desprenden con mucha facilidad.
Las hojas que se hayan caído se pueden dejar en la misma maceta,
las mismas sacarán raíces y a las semanas tendremos
unas nuevas plantas. Para reproducir, también podemos hacer esquejes.
Es una planta que se expande
bastante y ocupa su lugar, por lo que es recomendable colocarla en maceta
grande, dado que al tiempo crecerá
y si está en maceta pequeña, tendremos que trasplantarla.