¿Qué son los cactus o cactáceas?

Los cactus o cactáceas son plantas suculentas.

Podemos encontrar dos tipos diferentes:
         
Cactus del desierto; Estas plantas son originarias de América y África.
Han tenido que adaptarse a las temperaturas extremas, por lo cual las hojas se han transformado en espinas, las cuales sirven como pantalla para los rayos solares (ayudando a evitar la evaporación de liquido), protegen a la planta de los depredadores herbívoros y captando la humedad ambiente (la cual cae en forma de gotitas hacia la base).  

Stetsonia Coryne.

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 Cactus de bosque tropical; Naturalmente, en su hábitat, son plantas que crecen en lo alto de lo arboles selváticos (epifitas), con espectaculares floraciones. Tienen tallos semejantes a hojas.
Requieren un mayor riego que las del desierto, y les perjudican las temperaturas muy altas y, en la mayoría de los casos, el sol directo.

Schlumbergera russelliana.

Los cactus, al ser suculentas, sufren de un proceso CAM o MAC (metabolismo ácido de las crasuláceas), por lo cual sus estomas durante el día permanecen cerradas, abriendo de noche para realizar el intercambio gaseoso. Esto les ayuda a retener mayor cantidad de liquido, evitando la evaporación diurna.
   
                                                                                                                       
El riego depende mucho del tipo de cactus, la temperatura y humedad de la zona. Pero a rasgos generales se deben regar moderadamente en primavera y verano, y nulo en invierno y otoño. Debido a que éstos entran en periodo de reposo (hibernación) y si se los riega podrían morir, dado que se pudren las raíces (lo sé por experiencia).

Recordar siempre no excederse con los riegos, y entre riegos dejar que la tierra seque completamente. Al estar las raíces constantemente humedas, favorece la aparición de hongos y la pudrición de las mismas.


En cuanto a la iluminación, en general los cactus requieren mucha luz, pero no todos toleran los rayos del sol directamente (según sean de desierto o selváticos).                              

Si no sabemos de qué tipo es el nuestro, podemos guiarnos con una norma general: Las especies provistas con fuertes espinas o pelos, requieren sol directo, en cambio, los que poseen pocas espinas o directamente no tienen, prefieren las sombras parciales.